Cómo ambientalizar un evento (Parte 2) – Medir

Fecha: octubre 6, 2022

Todos los eventos provocan un impacto ambiental en el entorno por la emisión de gases de efecto invernadero, el uso de materiales, los consumos de energía y agua o la generación de residuos. Por tanto, uno de los pasos más importantes para lograr que el evento sea más sostenible y poder reducir ese impacto, es cuantificarlo.

En el post anterior “Cómo ambientalizar un evento (Parte 1) – Actuar” se recogían todas las medidas de actuación idóneas para celebrar un evento ambientalmente más sostenible. El siguiente paso y una vez desarrolladas todas estas estrategias, es medir y monitorizar el evento. El objetivo es determinar el impacto ambiental del encuentro para conocer la eficacia de las medidas adoptadas, establecer áreas de mejora para futuras ediciones o incluso compararse con eventos similares.

Aspectos e impactos ambientales de un evento

Lo primero que se debe tener en cuenta a la hora de determinar el impacto de un evento es la diferencia entre aspecto e impacto ambiental. Esto permite entender cuál es la huella que deja un evento en el entorno, qué la ocasiona y qué es lo que se debe monitorizar para calcularla.

Por un lado, los aspectos ambientales hacen referencia a todas las entradas que se requieren en un evento, tales como recursos, materiales, infraestructuras, energía o agua y a las salidas como todo aquello que se genera como consecuencia de la celebración. Estas últimas estarían formadas por las emisiones, los residuos generados o los vertidos al agua y al suelo.

Los impactos sobre el medioambiente, en cambio, son las alteraciones adversas que se producen en el medioambiente como resultado de esos aspectos ambientales. Para un evento, podrían ser: la contaminación atmosférica, el agotamiento de recursos naturales o la alteración de la calidad del suelo, entre otros.

Con perspectiva de ciclo de vida

Por otro lado, para llevar a cabo una correcta medición de los impactos de un evento, ésta se debe llevar a cabo teniendo en cuenta una perspectiva del ciclo de vida, es decir, no solo teniendo en cuenta el propio evento sino todas las etapas que son necesarias para que este pueda celebrarse.

Por ejemplo, en el caso de los equipos audiovisuales no solo se deberá tener en cuenta el consumo energético de este dispositivo el día del evento, sino su propia fabricación, la extracción de materias primas previa, el transporte hasta el lugar o el escenario de fin de vida cuando ese dispositivo deje de funcionar.  

El enfoque de ciclo de vida es clave además en elementos con una efímera vida útil que han sido concebidos únicamente para el evento en cuestión: merchandising, obsequios a los asistentes, cartelería o la decoración personalizada son productos a los que suele ser difícil darles una segunda vida y que habitualmente terminan en la basura. Por tanto, todo el impacto de su ciclo de vida debe asociarse a la celebración del evento.

Definición de indicadores

Una vez implementada la visión holística en la que se consideran todas las etapas, el siguiente paso es establecer aquellos indicadores que se van a monitorizar durante el evento y a partir de los cuales se va a calcular el impacto ambiental. Estos indicadores se pueden definir en torno a los cuatro ámbitos que actuación recogidos en el Post “Cómo ambientalizar un evento – Parte 1 (Actuar)”, que eran la movilidad, la energía y el agua, los materiales e infraestructuras y los residuos.

A continuación, se recogen los más habituales que podrían formar parte del cuadro de indicadores del seguimiento ambiental del evento:

Movilidad

  • Transporte de los asistentes, participantes, personal y proveedores (medio de transporte y distancia).
  • Transporte de las infraestructuras y los materiales que se lleven hasta el lugar de celebración (medio de transporte y distancia).

Energía y agua

  • Consumo de energía (kWh).
  • Consumo de agua (m3 o litros).

Materiales e infraestructuras  

  • Servicios y artículos de impresión (kg de papel, cartón, etc.).
  • Artículos de merchandising (nº de cada tipo de producto).
  • Servicio de restauración y catering (nº alimentos, nº envases, nº vajillas, etc.).
  • Stands (kg cartón, kg moqueta, kg madera, etc.).
  • Equipos de iluminación (nº focos, nº luminarias, etc.).
  • Equipos audiovisuales (nº pantallas, nº micrófonos, nº altavoces, etc.).
  • Cantidad residuos generados (kg de papel, kg envases, kg orgánicos, etc.).

Obtención de datos

La tarea más ardua dentro de la medición del impacto ambiental de un evento puede ser la recopilación de datos. Para obtenerlos correctamente, se debe tener en cuenta qué parte interesada maneja el dato.

Por ejemplo, para conocer la movilidad de los asistentes la manera más sencilla es organizar encuestas o formularios online a un número representativo y preguntarles en qué medio de transporte han acudido y desde que lugar. En materiales e infraestructuras, lo más común es consultar a los propios proveedores ya que son los mayores conocedores de sus productos. En cuanto a residuos, lo más sensato parece ser acudir a los servicios municipales o el personal de la propia sede, ya que son normalmente los encargados de gestionar los contenedores tras el evento.

Por otro lado, se debe preparar la medición y definir la forma de obtención de los datos (manual o automática) y asegurar el correcto método de cálculo.

Resultados de impacto

Para comprender mejor los resultados de impacto es recomendable manejar tres tipos de huella que se pueden calcular a partir de los indicadores mencionados.

Huella de carbono: describe la cantidad total de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero (GEI) causados directa o indirectamente por el evento a lo largo del ciclo de vida de este y se mide en CO2 equivalente.

Huella de agua por escasez: ofrece un indicador global de estrés hídrico producido por el uso de agua, causado directa o indirectamente por el evento a lo largo del mismo y se mide en unidades de agua equivalente.

Huella ambiental: analiza y pondera los principales impactos ambientales que se producen a lo largo de la vida de un evento. La huella ambiental de mide en puntos de impacto, que es una medida obtenida de la normalización y ponderación de los diferentes impactos ambientales.

Los datos globales de huella ambiental se pueden desagregar en las siguientes 16 categorías de impacto de ambiental:

 

HAC

En Grunver Sostenibilidad contamos con una amplia experiencia en la monitorización y medición de los impactos ambientales asociados a un evento y en implementar medidas para minimizarlo.